Aprovechando la publicación de la edición coleccionista de Mortadelo y Filemón, realizamos una entrevista al dibujante y guionista de la serie, Francisco Ibáñez.
Signo Editores – ¿Cómo se le ocurrió crear a Mortadelo y Filemón como detectives?
Francisco Ibáñez – Bien, no eran exactamente detectives. ¡Había demasiadas series de guardias y ladrones! Su título inicial fue “Mortadelo y Filemón, agencia de información”, con lo cual se ampliaba sobremanera su campo de acción, permitía más gags… Al final, claro, se convirtieron en James Bonds, pero exprimiendo la cocotera, continuaron brotando gags de esos a porrillo.
SE.- El primer dibujo que publicó y que cobró… fue a muy tierna edad, ¿verdad?
FI.- En los principios, la confección de historietas tenía primordialmente dos fases: una era realizarlas y la otra, cobrarlas. ¡Más difícil la segunda que la primera! Sí, cuando era niño, creo recordar que hice un dibujito para el concurso de colaboración de un tebeo de la época, me lo publicaron y me premiaron con un durito…; suma realmente respetable para la época, ¡habida cuenta de los años que acumulo!
SE.- ¿El título de la serie de Mortadelo y Filemón era éste desde el principio?
FI.- Sí, sí; puesto que tenía que ser una Agencia de Información, el nombre de los personajes debía terminar en “ón” para completar el ripio, costumbre inveterada del momento, así que, regodeándonos con la hambruna también crónica en la época esa, surgió lo de Mortadelo, alusión a la mortadela, claro. Y Filemón, que además de recordar el filetón pues tenía eso, la terminación. Así “Mortadelo y Filemón, agencia de información”.
SE.- ¿Es cierto que de pequeño podía leer tebeos gratis? ¿Cómo?
FI.- Pues gracias a un kiosquero que desarrollaba sus actividades, para mí portentosas, en el portal de mi domicilio paterno y a quien guardábamos por la noche buena parte de sus existencias. ¡Época feliz, me lo leía todo! ¡Todo! Quizás eso influyó en mi futura profesión. Y pienso a veces cuál hubiera sido ese, mi futuro, si la paradita hubiera sido de churros, o de lombrices para la pesca o de cría de cabras… ¡Vaya usted a saber!
SE.- ¿Es cierto que el profesor Bacterio y Mortadelo se conocían ya antes de que éste fuera agente de la T.I.A.?
FI.- Creo que sí, que sus contactos se remontan a la fecha en que Mortadelo lucía una frondosa melena y Bacterio inventó un vigorizante capilar que Mortadelo probó. Y nunca mejor dicho eso de los “contactos”. ¡La tira de contactos que han finalizado con la estancia de uno de los dos personajes en la U.V.I.!
SE.- ¿El Manolo que vive en la buhardilla de 13, rùe del Percebe, es una caricatura del autor Manuel Vázquez?
FI.- Bueno, digamos que un homenaje, un reconocimiento al genial historietista que, además de crear las historietas más ingeniosas, ocurrentes, regocijantes y descacharrantes del momento, era capaz de llegar a la Plaza Roja y pegarle un sablazo ¡con éxito! al propio Lenin.
SE.- ¿Tuvo algún problema con la censura en alguna historieta de Mortadelo y Filemón?
FI.- No se tenían grandes problemas porque se trabajaba con un sector del cerebelo puesto en la página y otro, en la posible redacción de la oficina de censura. Intocables los temas eróticos, los políticos hubieran representado el ir a picar al Valle y en cuanto a la violencia, pues se resolvía telefoneando a censura y preguntando de qué talla podíamos poner aquella semana el garrote de la última viñeta.
SE.- El que Mortadelo y Filemón vivieran aventuras largas de 44 páginas, ¿fue idea suya o de la editorial?
FI.- Pues parece que la editorial quiso adaptar el sistema de otros países europeos “a la española”, o sea, se iban juntando episodios semanales de cuatro páginas que yo había realizado basándome en un mismo tema y cuando se llegaba a las 44 páginas pues ¡hala! ¡Álbum al canto y a por el siguiente!
SE.- ¿Por qué incluyó a Ofelia, un personaje femenino, como personaje habitual de la serie?
FI.- Llegó un momento dificilillo en el que algunos lectores ya comentaban el hecho de que en las historietas no salían señoras, que si aquello quedaba rarillo; que si la historieta era rarita, si no lo sería también el autor… Total, que para evitar posibles malentendidos, colé a una señora en la serie, La Ofelia.
Cierto, algo llenita si quedó, sí… ¡pero no imaginan lo que cunde en la historieta un personaje gordito! ¡Llenas las viñetas como nada! ¡El trabajo que llegaron a ahorrarme algunas veces que hice aparecer a Pavarotti, Helmut Kol, o Khol, o como fuere, que ya no me acuerdo!
SE.- Don Francisco, en su opinión… ¿cuál es la esencia del éxito de la serie Mortadelo y Filemón?
FI.- ¡Que la hago yo, claro! Vale, bromas aparte, que cuido mucho el guión, parte primordial de la historieta, por encima de la ilustración aunque parezca lo contrario. Que echo mano de temas muy actuales, con lo cual el lector siente que forman parte de su existencia, que procuro que los diálogos no sean plomos, mortales de necesidad, que allá hasta donde yo llego, que no es mucho, intento que los dibujos también tengan cierta gracia, ¡qué sé yo!
SE.- Y ya para finalizar, ¿cómo después de más de 50 años con los mismos personajes, se pueden mantener la ilusión y las ideas, para seguir trabajando todos los días y seguir creando historietas de éxito?
FI.- ¿Y qué otra cosa iba yo a hacer? Nunca tuve ni idea en el asunto ese de darle al balón… si yo canto, acuden las fuerzas públicas a ver a quién se tortura… cuando entré de botones en un banco con la intención de llegar a director general, me dí cuenta de que eso daba ya risa hasta en las películas… Pero sobre todo, cuando yo voy a firmar ejemplares a lo largo y ancho del país y me encuentro con esas colas de Mortadeloadictos esperando, con dos, tres, o cuatro ejemplares bajo el brazo, cuando las firmas se prologan tres, cuatro, cinco horas y termino con las vértebras como un concierto de castañuelas… ¡Eso premia, reconforta, gratifica y da ánimos para seguir, seguir, seguir, seguir, seguir…!
Ahora que hemos sentido de cerca su genialidad, le invitamos a que siga deleitándonos con sus historietas.
¡Hasta pronto,… “maestro” !